El magnífico complejo de templos de Angkor Wat nunca decepciona. La arquitectura antigua, adornada con estatuas y frisos que representan la vida durante el Imperio Jemer, es uno de los puntos culminantes de cualquier viaje a Indochina. Camboya alberga también el mayor lago de todo el Sudeste Asiático, el Tonle Sap, salpicado de pueblecitos sobre pilotes y hermosos manglares. En Kratie, a orillas del Mekong, con un poco de suerte, se pueden avistar los raros delfines del Mekong. Phnom Penh es conocida por sus numerosos museos que atestiguan los horrores de los Jemeres Rojos, pero también se está transformando rápidamente en una moderna metrópolis de moda. A lo largo de la costa sur, las tranquilas playas de Kep y Kampot contrastan con el bullicio de Sihanoukville. Cerca de los montes Cardamomos, al oeste, se encuentra Koh Kong, con lujosos resorts ecológicos flotantes, pequeñas islas deshabitadas y algunas de las mejores playas de la región.